Una mayor entrada de luz natural en las viviendas mejora la sensación de confort y espacio en las habitaciones y, en consecuencia, el estado de ánimo de sus habitantes. Esta afirmación, que puede resultar a priori un poco categórica, realmente no lo es tanto, tal y como demuestran diferentes estudios.
Uno de los últimos que se han realizado, “Daylighting, Artificial Lighting and Non-Visual Effects Study for Residential Buildings”, analiza los efectos que ha tenido sobre una familia la instalación de ocho nuevas ventanas en el tejado de su casa en Dinamarca.
Y, según han concluido los investigadores, la mayor entrada de luz natural y una mejor distribución de la misma en las estancias -conseguida gracias a esta reforma- ha supuesto un aumento de hasta el 55% los efectos no visuales de los habitantes, “lo que supone una mejora significativa”.
Por otra parte se ha demostrado que una de las razones que contribuyen a padecer insomnio es no recibir la luz natural suficiente durante el día. Por lo que, cuando esta situación cambia y aumentan las horas de exposición diaria a la luz, mejora la calidad del sueño y el bienestar general.
Igualmente, el estudio ha puesto de manifiesto que, gracias a la creación de un mayor número de ventanas, el número de horas que es necesaria la luz artificial se reduce entre un 16 y un 20% -según la localización concreta y la orientación de la casa-, lo que supone un importante ahorro económico y energético.
Y, aunque la reforma se realizó en Dinamarca, los investigadores han podido extrapolar los resultados a otros ocho países europeos –entre los que se encuentra España-, gracias a un marco de simulación avanzado. Este hecho ha permitido concluir que, independientemente de las condiciones atmosféricas y la climatología de cada región, la instalación de más ventanas en los tejados es beneficiosa en todos los países.