Finalmente será el próximo 1 de junio la fecha a partir de la cual todos los propietarios que deseen vender o alquilar sus viviendas deberán presentar el Certificado de Eficiencia Energética, para cumplir con el nuevo Real Decreto que acaba de ser aprobado tras varios meses de trámites.
Con esta medida destaca que, además de calificar a las viviendas para mostrar su mayor o menor eficiencia energética, los técnicos que las valoren elaborarán también un documento en el que se incluirán las modificaciones que se puedan realizar para mejorar el inmueble y obtener una mejor categoría –entre otras ideas se planteará, por ejemplo, la importancia de aumentar las estanqueidad de las estancias con puertas y ventanas que impidan fugas de calor-.
No obstante, existen también otros certificados que, igualmente, se conceden después de realizar las pertinentes mediciones de la sostenibilidad y la eficiencia energética de las viviendas para determinar, tanto su impacto medioambiental en el entorno, como los niveles de ahorro que permite alcanzar. Entre los más destacados se encuentran:
- HQE (Estándar de alta calidad ambiental): Se creó en Francia basándose en los principios que estableció la Cumbre de la Tierra de 1992 sobre desarrollo sostenible y se emplea, fundamentalmente, para valorar las construcciones ecológicas. Está controlado por la ASSOHQE y se centra en analizar los impactos externos e internos de los edificios (energía, agua, materiales, ruido, etc.).
- Passivhaus: Procedente de Alemania, donde fue creado por el Instituto alemán de Edificación y Medio Ambiente en 1988, se ha alzado como uno de los certificados de mayor prestigio internacional. Su objetivo es demostrar que las “casas pasivas” maximizan a fondo sus recursos y consiguen ahorrar hasta un 90% de la energía que se emplea para climatizar la vivienda. Algunas de las ideas que aporta son, por ejemplo, emplear materiales de aislamiento eficaces y eficientes y favorecer la orientación solar de la vivienda.
- BREEAM: Se trata de un estándar de origen británico que analiza hasta 10 categorías para valorar la sostenibilidad de las construcciones. Entre las categorías más destacadas se encuentran los materiales, la energía, el agua o los residuos y, según especifican sus responsables, su implantación puede favorecer un ahorro de entre el 50% y el 70% de consumo energético y hasta un 40% en el gasto de agua.
- Certificación verde: Es un sello específico de las construcciones españolas que concede la asociación sin ánimo de lucro Green Building Council España (GBCe) y que, a diferencia de otros sistemas, presenta una valoración del inmueble respecto a los impactos que ocasiona y evita durante toda la vida de la vivienda. Sus responsables inciden en que, aunque una vivienda sostenible puede aumentar un 5% el coste de construcción, los beneficios energéticos y económicos posteriores compensan esta mayor inversión.
Foto: Access In Tot Tancat